El gobierno militar del general Roberto Viola quien, a diferencia de Videla y Massera (para quienes el rock era sinónimo de subversión), busco en 1981 acercarse a los músicos.
Mientras varias canciones de
Pescado Rabioso,
Serú Girán y
León Gieco, entre otros, seguían encabezando las listas negras de la dictadura, Viola invito a algunos músicos (Spinetta, García, entre ellos) a una serie de charlas individuales con asesores de su gobierno.
Los roqueros no lo podían creer.
"Yo les bati un par de cosas y también les sugerí que construyeran el observatorio espacial mas grande del mundo... un delirio, pero que les iba a decir", cuenta hoy
Spinetta.
En tanto
García y
Lebón escribieron luego en
"Encuentro con el diablo" aquello de:
"Nunca pense encontrarme con el jefe,
en su oficina de tan buen humor,
pidiéndome que diga,
que pienso yo de esta situación."